El proyecto arquitectónicoImplantada en un lote de 8,66m de ancho por 23,00m de profundidad, en la ciudad de Buenos Aires, la obra, una imprenta de 220 m2 cubiertos, consolida el borde del tejido urbano con un cerramiento metálico de planta baja y un piso.La economía de recursos, tanto estructurales como técnico-constructivos, permitieron trabajar fundamentalmente sobre un lenguaje de austeridad expresiva.Cerrada y ciega, a manera de zócalo, la planta baja contiene la puerta de acceso y el portón para carga y descarga de materiales gráficos.Al cielo se abre la planta alta y deja paso a la entrada de luz natural controlada por parasoles metálicos que trabajan como desmaterialización de la masa y arman un contrapunto entre el lleno y el vacío.Por un lado, desde afuera, la transparencia de la hermética pared de cristal da cuenta de los diferentes grados de profundidad de la planta; por otro, desde adentro, el árbol resguarda la entrada del sol y se interpone, verde y perenne, entre los parasoles y el cielo.Como el proyecto está basado en el trabajo de la estructura como estructura arquitectónica, el espacio está expresado por el desnudo lenguaje de su estructura y de los elementos que la componen, bañados en luz, que no sólo dejan ver su huella sino que cumplen con distintos grados de determinaciones expresivo-funcionales.El acceso en doble altura está trabajado a manera de lucernario cuya luz rebota en un tabique estructural de hormigón armado inundando el espacio de luz natural y provocándole al material una transformación en relación con el tiempo.La profunda planta de producción está iluminada por cuatro lucernarios que permiten una luz homogénea en toda su superficie, desde allí y a través de un trabajo de planos acristalados se percibe continuo el espacio hasta verse como figura de fondo la intensa luz del vacío de acceso.La demandaEl encargo vino de la mano de un matrimonio de jóvenes empresarios cuyo requerimiento consistía en un edificio que permitiera albergar un programa tanto administrativo como de producción gráfica. Ésta, de aproximadamente el setenta por ciento de la superficie total cubierta y cada una con sus respectivos servicios.Además era imprescindible para los propietarios una gran privacidad, poco contacto con el espacio público y un importante grado de seguridad.La parte administrativa contaría con un espacio de atención al público y una oficina gerencial, y el sector productivo estaría dividido en dos: una oficina destinada a la producción técnica y un taller de producción gráfica.También era muy importante abastecerlo de un lugar de carga y descarga de materiales gráficos, como resmas de papel, formularios continuos, etc.La obraComenzó a construirse en el mes de octubre de 2001 y transcurrió su proceso constructivo debiendo soportar los abatares de la realidad económica argentina. Su costo fue oscilando los quinientos dólares estadounidenses el metro cuadrado. Siendo el factor económico un input muy importante, en ese momento, para el comitente.La materialización del proyecto da cuenta en efecto de la economía, en términos específicamente arquitectónicos. Los materiales utilizados expresan su voluntad, tanto estética como técnicamente.La fachada está resuelta en su totalidad con una estructura de perfiles metálicos así como el cerramiento inferior, de paneles fijos y móviles, revestidos en chapa lisa, y la parte superior con parasoles fijos de caño rectangular que controlan la entrada de la luz a través de cuatro grandes paños de cristales transparentes.Tanto la cubierta como la estructura interior de vigas y columnas, es de hormigón armado; salvo un tabique que divide a la parte administrativa del sector de carga y descarga de materiales gráficos, que es de bloques de hormigón.El cielorraso es de placas de yeso suspendido e incorpora todas las instalaciones en su interior, así como los artefactos embutidos de iluminación.La pureza de la caja blanca, pone de manifiesto los elementos constitutivos del espacio que ésta alberga, como los tabiques de hormigón armado, la escalera metálica con plegados de madera maciza y la pared de bloques de hormigón.Toda la obra se realizó con materiales y mano de obra tradicionales haciéndose fundamental hincapié en que la misma construcción fuera la que potencie la poética arquitectónica y que resuelva además su permanencia en el tiempo.
martes, 21 de octubre de 2008
Imprenta Grafishow (Buenos Aires) - Arq. Daniel Ventura
El proyecto arquitectónicoImplantada en un lote de 8,66m de ancho por 23,00m de profundidad, en la ciudad de Buenos Aires, la obra, una imprenta de 220 m2 cubiertos, consolida el borde del tejido urbano con un cerramiento metálico de planta baja y un piso.La economía de recursos, tanto estructurales como técnico-constructivos, permitieron trabajar fundamentalmente sobre un lenguaje de austeridad expresiva.Cerrada y ciega, a manera de zócalo, la planta baja contiene la puerta de acceso y el portón para carga y descarga de materiales gráficos.Al cielo se abre la planta alta y deja paso a la entrada de luz natural controlada por parasoles metálicos que trabajan como desmaterialización de la masa y arman un contrapunto entre el lleno y el vacío.Por un lado, desde afuera, la transparencia de la hermética pared de cristal da cuenta de los diferentes grados de profundidad de la planta; por otro, desde adentro, el árbol resguarda la entrada del sol y se interpone, verde y perenne, entre los parasoles y el cielo.Como el proyecto está basado en el trabajo de la estructura como estructura arquitectónica, el espacio está expresado por el desnudo lenguaje de su estructura y de los elementos que la componen, bañados en luz, que no sólo dejan ver su huella sino que cumplen con distintos grados de determinaciones expresivo-funcionales.El acceso en doble altura está trabajado a manera de lucernario cuya luz rebota en un tabique estructural de hormigón armado inundando el espacio de luz natural y provocándole al material una transformación en relación con el tiempo.La profunda planta de producción está iluminada por cuatro lucernarios que permiten una luz homogénea en toda su superficie, desde allí y a través de un trabajo de planos acristalados se percibe continuo el espacio hasta verse como figura de fondo la intensa luz del vacío de acceso.La demandaEl encargo vino de la mano de un matrimonio de jóvenes empresarios cuyo requerimiento consistía en un edificio que permitiera albergar un programa tanto administrativo como de producción gráfica. Ésta, de aproximadamente el setenta por ciento de la superficie total cubierta y cada una con sus respectivos servicios.Además era imprescindible para los propietarios una gran privacidad, poco contacto con el espacio público y un importante grado de seguridad.La parte administrativa contaría con un espacio de atención al público y una oficina gerencial, y el sector productivo estaría dividido en dos: una oficina destinada a la producción técnica y un taller de producción gráfica.También era muy importante abastecerlo de un lugar de carga y descarga de materiales gráficos, como resmas de papel, formularios continuos, etc.La obraComenzó a construirse en el mes de octubre de 2001 y transcurrió su proceso constructivo debiendo soportar los abatares de la realidad económica argentina. Su costo fue oscilando los quinientos dólares estadounidenses el metro cuadrado. Siendo el factor económico un input muy importante, en ese momento, para el comitente.La materialización del proyecto da cuenta en efecto de la economía, en términos específicamente arquitectónicos. Los materiales utilizados expresan su voluntad, tanto estética como técnicamente.La fachada está resuelta en su totalidad con una estructura de perfiles metálicos así como el cerramiento inferior, de paneles fijos y móviles, revestidos en chapa lisa, y la parte superior con parasoles fijos de caño rectangular que controlan la entrada de la luz a través de cuatro grandes paños de cristales transparentes.Tanto la cubierta como la estructura interior de vigas y columnas, es de hormigón armado; salvo un tabique que divide a la parte administrativa del sector de carga y descarga de materiales gráficos, que es de bloques de hormigón.El cielorraso es de placas de yeso suspendido e incorpora todas las instalaciones en su interior, así como los artefactos embutidos de iluminación.La pureza de la caja blanca, pone de manifiesto los elementos constitutivos del espacio que ésta alberga, como los tabiques de hormigón armado, la escalera metálica con plegados de madera maciza y la pared de bloques de hormigón.Toda la obra se realizó con materiales y mano de obra tradicionales haciéndose fundamental hincapié en que la misma construcción fuera la que potencie la poética arquitectónica y que resuelva además su permanencia en el tiempo.
viernes, 17 de octubre de 2008
Perspectivas
Un arquitecto en la cima
El arquitecto portugués Alvaro Siza, este gracioso señor que en la foto luce trepado a una escalera, acaba de recibir el Premio RIBA Royal Gold Medal 2009, que otorga la reina Isabel de Inglaterra por sus 40 años de ejercicio comprometido con la profesión, por ser alguien capaz de poner el oficio por encima del éxito personal, y por su inmensa contribución a la arquitectura a través del debate y la docencia. En las obras de Siza, que en 1988 ganó el Premio de Arquitectura Contemporánea Mies van der Rohe y en 1992 el Pritzker, se advierte la economía de recursos expresivos y la intrínseca relación de los elementos arquitectónicos. El arte de hacer mucho con poco
De afuera no parece nada del otro mundo, pero la simplicidad de las formas guarda muchos detalles, razón por la que los arquitectos Emiliano López (argentino) y su socia Mónica Rivera acaban de ganar el 50º Premio FAD de Arquitectura, uno de los más importantes de los concedidos en España. La pareja también ha quedado finalista por su hotel Aire en las Bárdenas (Navarra), un delicioso edificio de madera en medio de la nada. Los detalles son el elemento característico de las 27 viviendas de 40 metros cuadrados diseñadas para jóvenes en el distrito de Sant Andreu, de Barcelona.A esta obra modesta y barata, el jurado la consideró un ejemplo de cómo "es posible ser corriente y heroico a la vez. No queríamos gestos grandilocuentes, y puede ser que el clima general de crisis influya. Pero buscábamos buena arquitectura funcional y útil con independencia del tamaño o el presupuesto. Este edificio nos interesó desde el inicio", dijo Eduard Bru, presidente de un jurado que ha otorgado una mención al Museo del Faro de Santa Marta en Cascais, de los hermanos Aires Mateus. Un arquitecto en la cima
Después de que muchos transeúntes terminaran en la guardia de los hospitales con sendos chichones y moretones tras haber resbalado y tropezado mientras caminaban por el flamante puente que Calatrava diseñó para Venecia, otra pasarela del arquitecto español tuvo su momento de gloria días atrás. Se trata del Puente de los Acordes, en la entrada de la ciudad de Jerusalén, que fue iluminado con luces de color rosado durante la primera noche del Mes de Concientización sobre el Cáncer de Mama. El puente tiene un mástil de 130 metros y 60 cuerdas que evocan el instrumento musical que usaba el mítico rey David. La obra se parece bastante al Puente de la Mujer, en Puerto Madero, Buenos Aires.
El arquitecto portugués Alvaro Siza, este gracioso señor que en la foto luce trepado a una escalera, acaba de recibir el Premio RIBA Royal Gold Medal 2009, que otorga la reina Isabel de Inglaterra por sus 40 años de ejercicio comprometido con la profesión, por ser alguien capaz de poner el oficio por encima del éxito personal, y por su inmensa contribución a la arquitectura a través del debate y la docencia. En las obras de Siza, que en 1988 ganó el Premio de Arquitectura Contemporánea Mies van der Rohe y en 1992 el Pritzker, se advierte la economía de recursos expresivos y la intrínseca relación de los elementos arquitectónicos. El arte de hacer mucho con poco
De afuera no parece nada del otro mundo, pero la simplicidad de las formas guarda muchos detalles, razón por la que los arquitectos Emiliano López (argentino) y su socia Mónica Rivera acaban de ganar el 50º Premio FAD de Arquitectura, uno de los más importantes de los concedidos en España. La pareja también ha quedado finalista por su hotel Aire en las Bárdenas (Navarra), un delicioso edificio de madera en medio de la nada. Los detalles son el elemento característico de las 27 viviendas de 40 metros cuadrados diseñadas para jóvenes en el distrito de Sant Andreu, de Barcelona.A esta obra modesta y barata, el jurado la consideró un ejemplo de cómo "es posible ser corriente y heroico a la vez. No queríamos gestos grandilocuentes, y puede ser que el clima general de crisis influya. Pero buscábamos buena arquitectura funcional y útil con independencia del tamaño o el presupuesto. Este edificio nos interesó desde el inicio", dijo Eduard Bru, presidente de un jurado que ha otorgado una mención al Museo del Faro de Santa Marta en Cascais, de los hermanos Aires Mateus. Un arquitecto en la cima
Después de que muchos transeúntes terminaran en la guardia de los hospitales con sendos chichones y moretones tras haber resbalado y tropezado mientras caminaban por el flamante puente que Calatrava diseñó para Venecia, otra pasarela del arquitecto español tuvo su momento de gloria días atrás. Se trata del Puente de los Acordes, en la entrada de la ciudad de Jerusalén, que fue iluminado con luces de color rosado durante la primera noche del Mes de Concientización sobre el Cáncer de Mama. El puente tiene un mástil de 130 metros y 60 cuerdas que evocan el instrumento musical que usaba el mítico rey David. La obra se parece bastante al Puente de la Mujer, en Puerto Madero, Buenos Aires.
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