El arquitecto Ito proyectó nueva biblioteca de la Universidad de Artes Tama, en Tokio, un claustro concebido como una proa con grandes vistas al verde
El arquitecto Toyo Ito proyectó este luminoso edificio con aires de claustro contemporáneo y que alberga la nueva biblioteca de la Universidad de Artes Tama, en Tokio. Detrás de un jardín y sobre una pequeña colina próxima al campus, la fachada se alza imponente con una especie de proa con grandes vistas al verde, musa inspiradora del proyecto.
El objetivo de diseño fue crear un espacio de encuentro para la comunidad de estudiantes y profesores, para lo que se proyectó una amplia galería abierta a nivel del suelo que sirve como canal para atravesar el campus. La estructura se apoya en una serie de arcos que dan la sensación de que los cambios de nivel del sitio y el jardín circundante continúan en el interior.
Estos arcos son de acero recubierto de concreto y se organizan siguiendo curvas que se tocan en varios puntos y donde se articulan nuevos espacios, dispuestos en un único gran espacio.
El carácter individual y especial de cada una de estas zonas está dado por muebles y paneles de vidrio, sin romper la continuidad espacial. La planta baja mantiene las ondulaciones suaves del terreno, y hay largos mesones y mesas de cristal para invitar a los estudiantes a leer revistas y buscar videos.
El edificio está pensado para interactuar con los libros y medios audiovisuales como si el usuario estuviera dentro de un bosque, que permite el paso y guarda lugares ocultos para el descanso.
El arquitecto Toyo Ito proyectó este luminoso edificio con aires de claustro contemporáneo y que alberga la nueva biblioteca de la Universidad de Artes Tama, en Tokio. Detrás de un jardín y sobre una pequeña colina próxima al campus, la fachada se alza imponente con una especie de proa con grandes vistas al verde, musa inspiradora del proyecto.
El objetivo de diseño fue crear un espacio de encuentro para la comunidad de estudiantes y profesores, para lo que se proyectó una amplia galería abierta a nivel del suelo que sirve como canal para atravesar el campus. La estructura se apoya en una serie de arcos que dan la sensación de que los cambios de nivel del sitio y el jardín circundante continúan en el interior.
Estos arcos son de acero recubierto de concreto y se organizan siguiendo curvas que se tocan en varios puntos y donde se articulan nuevos espacios, dispuestos en un único gran espacio.
El carácter individual y especial de cada una de estas zonas está dado por muebles y paneles de vidrio, sin romper la continuidad espacial. La planta baja mantiene las ondulaciones suaves del terreno, y hay largos mesones y mesas de cristal para invitar a los estudiantes a leer revistas y buscar videos.
El edificio está pensado para interactuar con los libros y medios audiovisuales como si el usuario estuviera dentro de un bosque, que permite el paso y guarda lugares ocultos para el descanso.