lunes, 18 de mayo de 2009

Antonio Bonet


Antoni Bonet i Castellana, conocido como Antonio Bonet, (Barcelona, 1913-1989) fue un arquitecto, urbanista y diseñador catalán, residente en el Río de la Plata durante la mayor parte de su vida.


Inicios
Inicia su carrera profesional junto a los arquitectos Josep Lluís Sert y Torres Clavé, quienes fundan el MIDVA (Muebles y decoración para la vivienda actual). En esos años fue miembro del GATCPAC. En 1936, apenas finalizados sus estudios de arquitectura, viaja a París donde ingresa al estudio de Le Corbusier.


Río de la Plata
BKF, de Ferrari-HardoyEstalla la Guerra civil española, y decide emigrar hacia el Rio de la Plata. Vivió en la ciudad de Buenos Aires en la Argentina y en Punta del Este en el Uruguay.
Fundador del Grupo Austral conjuntamente con Ferrari-Hardoy y J.Kurchan. Se le atribuye junto a sus socios el mítico sillón BKF, aunque la autoría del mismo esté finalmente asignada a Jorge Ferrari Hardoy. Construye numerosos edificios en La costa de Punta Ballena (son notables el hotel Solana del Mar y la casa Berlingieri en Portezuelo), donde realiza la urbanización. También proyecta obras en Paraguay, residiendo durante décadas en Buenos Aires, viajando a Barcelona y Madrid.


Barcelona
En Barcelona proyectó La Ricarda (1949-1963) y el Canódromo de la Meridiana, por el cual 1963 recibió un premio FAD de arquitectura.
Teoría [editar]Consideraba a la arquitectura como una materia ordenadora en la vida del hombre y creía que la actividad del arquitecto se extendía desde la concepción de un mueble hasta el planeamiento de una ciudad. Una de sus constantes fue el esfuerzo por integrar las diversas escalas del hábitat humano, investigando nuevos materiales y formas para conseguir espacios arquitectónicos y muebles al servicio de la sociedad.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Uso y abuso de la arquitectura sustentable

Con frecuencia pienso que la arquitectura padece de un exceso de adjetivación. Si además lo que califica es su condición de sustentable, el problema se agrava. Lo sustentable, expresión que comenzó a aplicarse en los años 70 asociada con el desarrollo, nació con el estigma de la ambigüedad.
Hoy, su uso se ha generalizado de tal modo que resulta casi imposible no encontrar a diario el término aplicado arbitrariamente a infinidad de productos o procesos, y que lo han ido vaciando de contenido.
Un enfoque sustentable de la arquitectura se apoya en dos aspectos: el uso eficiente y racional de los recursos tanto energéticos como materiales y la minimización del impacto ambiental de la implantación, producción y el uso de los edificios.
Las acciones que responden a estos conceptos son, entre otras, la adecuación a las condiciones del sitio, lo que implica innumerables y variados aspectos tanto morfológicos como materiales.
Cuestiones como la compacidad y las orientaciones, las protecciones y el aprovechamiento de las condiciones climáticas, la iluminación, el asoleamiento, las ventilaciones, el uso del agua de lluvia; el adecuado aislamiento térmico, la utilización de fuentes renovables de energía, la reducción de emisiones de CO2 y otros contaminantes; el tratamiento de residuos y efluentes, entre otros. Postulados que coinciden en gran medida con los del bioclimatismo de los años 80.
Me atrevo a decir que hoy, sin perjuicio de otros atributos que definen a una buena arquitectura, ésta debería estar ligada indisolublemente a un diseño ambientalmente consciente.
Pablo Azqueta (es arquitecto y profesor adjunto de la UNR. Master en Restauración Arquitectónica. Universidad Politécnica de Madrid. www.aape.com.ar)